Síndrome de Crecimiento y de Decadencia

Erich Fromm nos habla de dos "síndromes", el de Crecimiento y el de Decadencia.
El de crecimiento está inscrito en los niveles de progresión mientras que el de decadencia lo está en los niveles de regresión.
El de crecimiento guarda estrecha relación con la biofilia: el interés por la vida, el crecimiento, la creatividad, la productividad, la innovación, el gusto por la vida; también se relaciona con el amor al vecino y al extraño, el hecho de comprender al otro, ponerse contento por las alegrías ajenas, respeto, tolerancia e igualdad. Otro factor es el amor a la naturaleza y su respeto, el admirar lo que la naturaleza nos aporta y aceptar los designios de esta. Otro factor es la independencia y la libertad. El individuo que depende de otros o que no se siente libre no puede ser autónomo, no puede individualizarse, constituirse con un yo libre, no puede pensar por sí mismo, puede llegar al punto de ser un ventrilocuo del otro.
El síndrome de decadencia se relaciona con la necrofilia, lo opuesto de la biofilia y el carácter anal según lo describiera Freud; también es importante destacar que el síndrome de decadencia se vincula con un alto grado de narcisismo maligno, ya no solo un ombliguismo sino una forma de distorsionar la realidad exterior en base a la interna. Otro componente es la simbiosis y la fijación a la madre. Esto es la contrapartida de la independencia y la libertad. Del pensar de manera autónoma y mostrarse seguro sin dependencias emocionales e instrumentales.