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Paz y Ciencia

martes, 5 de junio de 2012

Ciencia, Arte y Budismo zen


D.T Suzuki (1870-1966)


El método zen consiste en penetrar directamente en el objeto mismo y verlo, como si dijéramos, desde dentro. Conocer la flor es convertirse en la flor, ser la flor, florecer como la flor, y gozar de la luz del sol y la lluvia. Cuando se hace esto, la flor me habla y conozco sus secretos, todas sus alegrías, todos sus sufrimientos; es decir, toda su vida vibrando dentro de si misma. No solo eso: al lado de mi "conocimiento" de la flor conozco todos los secretos del universo, lo que incluye todos los secretos de mi propio Yo, que ha venido eludiendo hasta ahora mi persecución de toda la vida, porque me he dividido en una dualidad, el perseguido, el objeto y la sombra. ¡Por algo nunca he logrado captar mi Yo y cuán agotador ha sido este juego!
Ahora, sin embargo, al conocer la flor me conozco a mí mismo. Es decir, al perderme en la flor conozco mi Yo lo mismo que a la flor.
Llamo a este tipo de acercarnos a la realidad la manera zen, la manera precientífica, metacientífica o aun anticientífica.
Esta manera de conocer o de ver la realidad puede llamarse tanbién de connotación o creadora. En tanto que la manera científica mata, asesina al objeto y, al diseccionar el cuerpo y reunir otra vez las partes, trata de reproducir el cuerpo vivo original, lo que es realmente un imposible, la manera zen toma la vida como es vivida mediante la intelección o, por la abstracción, de pegar las piezas rotas. La manera zen preserva la vida como vida; ninguna cuchilla quirúgica la toca.El poeta zen canta:
Toda queda a su belleza natural,
Su piel está intacta,
Sus huesos son como son:
No hay necesidad de pinturas, de polvos de ningún tono.
Es como es, ni más ni menos,
¡Qué maravilloso!

Las ciencias se refieren a abstracciones y no hay actividad en ellas. El zen se sumerge en la fuente de la creatividad y bebe la vida que hay en ella. Esta fuente es el Inconsciente del zen. La flor, sin embargo, es inconsciente de sí misma. Soy yo quien la despierto del inconsciente. Tennyson no la capta cuando la arranca de la pared agrietada. Basho la percibe cuando mira la nazuna que florece tímidamente junto al seto silvestre. No puedo determinar dónde está precisamente el inconsciente. ¿Está en mí? ¿O está en la flor? Quizá cuando pregnto "¿Dónde?" no está en ninguna parte. Si es así, déjenme estar en él y no decir nada.
Mientras que el científico mata, el artista trata de recrear. Sabe que la realidad no puede ser alcanzada mediante la disección.Por eso utiliza una tela y un pincel y trata de crear a partir de su inconsciente. Cuando este inconsciente se identifica sincera y auténticamente con el Inconsciente Cósmico, las creaciones del artista son auténticas. Ha creado realmente algo; su obra no es copia de nada; existe por derecho propio. Pinta una flor que, si florece de su inconsciente, es una nueva flor y no una imitación de la naturaleza.
El abad de cierto monasterio zen quería que el techo del Salón Dharma fuera decorado con un dragón. Se pidió a un notable pintor que hiciera el trabajo. Aceptó, pero se lamentó de no haber visto nunca un verdadero dragón, si es que estos exitían realmente. El abate le dijo: "No le importe no haber visto a la criatura. Conviértase en uno, transfórmese en un dragón viviente y píntelo. No trate de seguir el molde convencional".
El artista le preguntó: "¿Cómo puedo convertirme en dragón?" Replicó el abad: "Retírese a sus habitaciones privadas y concentre en eso toda su mente. Llegará el momento en que sienta que debe pintarlo. Ese es el momento en que usted se habrá convertido en dragón y el dragón lo impulsa a darle una forma".
El pintor siguió el consejo del abad y, después de varios meses de grandes esfuerzos, cobró confianza en sí mismo al verse en el dragón que surgía de su inconsciente. El resultado fue el dragón que vemos ahora en el techo del Salón Dharma en el Myoshinhi, Kyoto[...]
Pero el sentimiento del inconsciente es mucho más básico, más primario, y señala la edad de la "Inocencia", cuando todavía no se ha producido el despertar de la conciencia de la llamada Naturaleza caótica.La naturaleza, sin embargo, no es caótica porque nada caótico puede existir por sí mismo. Es simplemente un concepto dado al campo que se niega a ser medido por las reglas ordinarias del raciocinio. La naturaleza es caótica en el sentido de que es una reserva de posibilidades infinitas. La conciencia que surge de este caos es algo superficial, que solo toca el margen de la realidad. Nuestra conciencia no es sino una insignificante isla que flota en el Océano que rodea a la Tierra. Pero, a través de este pequeño fragmento de tierra podemos contemplar la inmensa extensión del inconsciente mismo; la sensación de esto es todo lo que podemos tener, pero este sentimiento no es algo pequeño, pues por él podemos lograr que nuestra existencia fragmentaria adquiera su pleno significado y así podemos tener la seguridad de que no vivimos en vano. La ciencia, por definición, nunca puede darnos la sensación de plena seguridad y falta de miedo que es el resultado de nuestra sensación del inconsciente.
No puede esperarse que todos seamos científicos, pero estamos constituidos de tal manera por la naturaleza que todos podemos ser artistas -no, por supuesto, artistas especializados, como pintores, escultores, músicos, poetas, etc., sino artistas de la vida. Esta profesión, "artista de la vida", puede sonar a algo nuevo y muy raro, pero en realidad todos nacemos artistas de la vida y, sin saberlo, la mayoría de nosotros no logramos serlo y el resultado es que hacemos un desastre de nuestras vidas preguntando: "¿Cuál es el sentido de la vida?", "¿No estamos frente a la nada absoluta?", "¿A dónde vamos después de vivir setenta y ocho o noventa años? Nadie lo sabe", etc. Se me dice que la mayoría de los hombres y mujeres modernos están neuróticos por esta causa. Pero el hombre dedicado al zen puede decirles que todos han olvidado que nacieron artistas, artistas creadores de vida y que, tan pronto como comprenden este hecho y esta verdad, se curarán de la neurosis o psicosis o como quiera que le llamen a su trastorno.

D.T. Suzuki y Erich Fromm: "Budismo zen y Psicoanálisis". Un encuentro que se realizó en 1957 en Cuernavaca, México. Lugar donde se realizó la primera experiencia psicoanalítica en un centro religioso católico, con monjes. Estos se fueron por no corresponder a los mandatos de la "Santa Institución". Un post que escribí lo refleja más extensamente.


http://www.libroos.es/libros-de-filosofia/varios/48701-budismo-budismo-zen-y-psicoanalisis-pdf.html Descargar el libro.
http://es.scribd.com/doc/19507889/Budismo-Zen-y-Psicoanalisis
http://www.pvzen.org/iluminacion.html
http://youtu.be/cI19ydvjJjs Alter Bridge -Metalingus- Una recomendacion de una persona-paciente. Un guiño.
http://www.youtube.com/watch?v=YAyjDHbsmRg&feature=colike Amaral -Hacia lo Salvaje.
No obstante, me quedo con un fragmento de un tema de Amaral de ese mismo disco: "No me importa lo que puedan pensar".

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