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Paz y Ciencia

sábado, 9 de junio de 2012

El efecto de la terapéutica psicoanalítica




¿A qué se debe el efecto terapéutico del psicoanálisis? A mi parecer, dicho brevemente, son tres los factores que determinan este efecto terapéutico: 1. El aumento de libertad al comprender los conflictos verdaderos; (2. El aumento de energía psíquica al liberarse la energía ligada a la represión y a la resistencia; y 3. La liberación del afán innato de curación).
1. Por un lado, el efecto terapéutico del psicoanálisis se debe al aumento de la libertad de una persona cuando puede comprender cuáles son sus conflictos verdaderos, en vez de los ficticios.
El conflicto verdadero de una mujer puede ser, por ejemplo, su incapacidad de emanciparse de una autoridad, su incapacidad de ser ella misma y de empezar a vivir su propia vida: su incapacidad de ser libre. Su conflicto ficticio es si debe casarse o si debe divorciarse de su marido. Este no es el conflicto verdadero. No es conflicto, porque no se puede solucionar. Su vida será miserable, tanto si se divorcia, como si sigue con su marido. Seguiría teniendo la misma vida miserable mientras no sea libre...
Es como buscar una solución...o, digámoslo de esta manera, como si uno quisiera abrir una puerta equivocándose de llave: la puerta no se abrirá. Si cree que no ha metido bien la llave, o cualquier otra cosa, y mientras siga insistiendo con la misma llave, no conseguirá nunca abrir la puerta. Tiene que tener la llave verdadera. Es fácil poner muchos ejemplos sobre el preguntarse uno si debe hacer esto o aquello se refiere a un problema ficticio, cuando se trata de algo totalmente distinto. Pregúntese uno mismo, examine su propia vida, y examine la vida de otras personas que puedan servir mejor de ejemplo, por haber vivido más, como los padres, cuya vida podemos conocer más íntimamente si queremos examinarla. Entonces, veremos hasta qué punto la gente suele ocuparse del problema equivocado y trata de resolver algo que no se puede resolver.
2. En segundo lugar, toda represión requiere energía para mantenerse. Por decirlo más sencillamente, la resistencia exige mucha energía. Pues bien, esta energía se retira, se gasta inútilmente, del mismo modo que gastamos una parte considerable de nuestra renta nacional en armamento. Es una energía desperdiciada. Una vez que se elimina la represión, una vez hemos dejado de alimentar la resistencia, volvemos a tener disponible esta energía. La consecuencia vuelve a ser un aumento total de energía disponible, lo que significa un aumento de libertad, e incluso podríamos decir, con Espinosa, un incremento de virtud y gozo.
3. El tercer factor terapéutico del psicoanálisis es quizá el más importante. Porque, si elimino mis obstáculos interiores a enterarme de lo que realmente me pasa, puede empezar a obrar mi afán innato de salud. Lo digo por la creencia y por la experiencia personal, mía y de otros, en sentido muy alto, de que todo hombre tiende al bienestar, no solo biológico y fisiológico. Y no hay nada de misterioso. Desde un punto de vista darwiniano, es muy lógico, puesto que el bienestar, en realidad, sirve a la supervivencia. El bienestar mental sirve a la supervivencia biológica. Cuanto más alegre sea uno y mejor se sienta, más tiempo vivirá, más hijos tendrá y más productivo será. Desde el punto de vista biológico, lo único que cuenta es que viva, se case y tenga hijos: en sentido muy estricto, pero yo no lo digo en este sentido estricto. En el libro: Anatomía de la destructividad humana, cito recientes explicaciones de neurólogos y neurofisiólogos, para mi muy convincentes, según las cuales incluso en la estructura de nuestro cerebro encontramos ciertas propensiones, que no son precisamente instintivas, pero son innatas, preformadas, que nos empujan al bienestar, a la cooperación y al desarrollo...
El impulso de vivir es tan fuerte en el cerebro humano -y aquí entra la biología- que cuando llega a ser cosa de vida o muerte, se moviliza una energía desconocida hasta entonces.
Es cierto en el psicoanálisis lo mismo que en la vida corriente fuera del psicoanálisis. Es fatal dar cualquier clase de falsos ánimos, excepto en caso de enfermedad tan grave que no se pueda esperar ningún efecto de decir toda la verdad. En otro caso, si doy falsos ánimos quitando importancia al problema, lo único que hago es perjudicar, sencillamente porque impido que se despliegue la energía excepcional. Al contrario, cuanto más clara y rigurosamente explique a uno la situación en que se encuentra y las opciones que tiene, tanto más movilizaré sus energías de excepción y tanto más lo acercaré a la posibilidad de mejorar.

Erich Fromm: "El Arte de Escuchar". Paidós, 2012, Barcelona. Pp.: 93-98

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