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Paz y Ciencia

jueves, 7 de junio de 2012

¿Es el pesismismo determinante en la Depresión?




Cualquier teoría de la motivación que merezca la pena debe tratar las capacidades superiores de la persona fuerte y sana, así como también las maniobras defensivas de los espíritus paralizados. Abraham Maslow. Padre de la "Tercera Fuerza" y sentó las bases de la "Cuarta Fuerza": La Psicoterapia Transpersonal.

Si deseas felicidad de los demás, sé compasivo. Si deseas tu propia felicidad, sé compasivo. Dalai Lama.

 He pasado la mayor parte de los últimos años poniendo a prueba esta teoría. Se han administrado cuestionarios a miles de personas con todo tipo de depresiones. De forma muy reiterada descubrimos que cuando las personas sufren depresiones también son pesimistas. Se reiteraba tanto ese descubrimiento y lo advertíamos tan repetidamente en los distintos casos que según los cálculos estimativos se necesitarían más de diez mil casos negativos para arrojar alguna duda.
Esto no signifcaba que el pesimismo fuera causa de la depresión, sino solamente que los pesimistas son, al mismo tiempo, depresivos. Se encontraría la misma coincidencia entre pesimismo y depresión si (por el contrario) dijéramos que la depresión es la causa del pesimismo, o si alguna otra cosa (como la química cerebral) puede ser la causa de ambas alteraciones. Finalmente, una parte del camino que seguimos para llegar al diagnóstico de depresión fue interrogar a las personas pesimistas. Si un paciente nos dice que no sirve para nada, esta explicación pesimista es parte de la razón para que diagnostiquemos que es un deprsivo. De modo que la asociación entre pauta explicativa pesimista y depresión podría ser simplemente una asociación circular.
Para demostrar que el pesimismo causa depresión necesitábamos tomar un grupo de personas que nunca se sintieron deprimidas y probar que, después de algo catastrófico, aquellos pesimistas que hubiera entre ellos se deprimen más fácilmente que los optimistas. El experimento ideal tendría que ser algo así: tomar a todos los habitantes de algún pueblo pequeño del Golfo de México o del Caribe, hacer en todos ellos las pruebas de depresión y pauta explicativa y luego sentarnos a esperar que un huracán asolara la región. Pasado el huracán, podríamos ver quiénes se quedarían pasivamente soportándolo todo en medio de la tormenta, la lluvia y el barro, y quiénes se apresurarían a levantar nuevamente su casa. Sin embargo, en una situación así, algo que llamaríamos "experimento natural", iban implicados problemas éticos y se necesitaban grandes cantidades de dinero; de manera que debimos orientarnos por otros caminos para poner a prueba la cadena causal.
Uno de los más brillantes entre los aún no graduados, Amy Semmel, que  por entonces cursaba el segundo año de la carrera, reolvió el dilema haciéndonos notar uno de los desastres que más cerca golpean a los hogares... a mi propia clase, y con toda puntualidad, dos veces por semestre: los exámenes. De modo que, cuando iniciamos las clases en el mes de septiembre estudiamos en todos los estudiantes su tendencia a la depresión y su pauta explicativa frente a la adversidad...
En general, dijeron que no lograr la mejor nota posible sería lo mismo que fracasar. Eso era buenísimo para el experimento que estábamos haciendo, ya que las notas promedio en mis cursos andaban por debajo ed lo óptimo, con lo que la mayor parte de mis estudiantes pasaría a convertirse en sujetos del experimento. Una semana después tuvieron examen y pasados unos días recibieron los resultados junto con un ejemplar del Inventario de Beck de Depresión.
El 30% de los que (según su propia definición de fracaso) habían fracasado en aquel examen, se sintió sumamente deprimido. Y  el 30% de los que eran pesimistas en septiembre fracasó. Pero el 70% de los que eran pesimistas en septiembre fracasaron en el examen se deprimió. Así que un buen camino para deprimirse gravemente es la pesistencia del pesimismo respecto del fracaso. En realidad, los miembros del grupo que dieron las explicaciones más permanentes y de mayor alcance de por qué habían fallado eran los mismos que seguían deprimidos cuando volvimos a hacer la prueba en diciembre.
Martin Seligman: "Aprenda Optimismo". Debolsillo, 2011, Barcelona.


Comentario de Rodrigo Córdoba Sanz, según su praxis y modelo de pensamiento.
Martin Seligman lleva toda la vida tratando de intervenir en la depresión, ha llegado a varias conclusiones. Como leen, la actitud pesimista interfiere en el rendimiento académico, genera estados de tristeza que pueden conducir a la depresión, producen más enfermedades físicas porque se debilita el sistema autoinmune. Existen experimentos al respecto con animales. Y estudios con humanos también. En la clínica, se puede ver, que cuando una persona se descompensa, se deprime o tiene mucha ansiedad, en muchas ocasiones desarrolla algún síntoma físico, que en sentido estricto sería psicosomático. Otras personas prestan atención constantemente a sus problemas orgánicos no probados ni detectados por los médicos como forma de desplazar su depresión al cuerpo. Todos estos ejemplos son lo que trata de escribir Seligman con respecto al Pesimismo y la Actitud Pesimista.
Al mismo tiempo, Seligman dice que "El optimismo se puede aprender". En un tratamiento. La actitud optimista no se puede aprender en un formato de instrucción pedagógica por parte del profesional. No es algo tan fácil, claro. Se trata de ayudar a la persona a que registre, preste atención a sus pensamientos, sentimientos, actitudes, conductas y sea capaz de tomar conciencia con su situación interna. Después hay que invitar en un proceso "a la limón" a trabajar acerca de esos pensamientos pesimistas que mantienen el estado de ánimo depresivo. Esto es muy difícil, porque las personas se aferran a sus ideas y justifican lo que piensan basándose en aspectos a veces muy "originales". Por tanto, el trabajo de "Aprender Optimismo"-Enseñar Optimismo no se puede hacer a través de un libro, este texto puede ayudar a reflexionar. Pero el trabajo es mucho más amplio. En el libro de Seligman "La Vida que Florece" expone que el tratamiento para obtener Bienestar, es algo "holístico", que tiene que ver con desarrollar y modular ciertos pensamientos, así como cambiar el estilo de vida y practicar ejercicios como el yoga, el tai-chí. Además de la meditación, la relajación y otros medios de conectar con la conciencia. Tomar conciencia es algo fundamental en cualquier tratamiento, pero además hay que intervenir en cuanto al Estilo de Vida. La persona pesimista puede darse cuenta de que lo que piensa no tiene validez científica, no tiene sentido. Pero, además, debe cambiar su forma de actuar, es un círculo asociado: pensamientos-emociones. Hay que intervenir, al mismo tiempo para que vertebre su vida, de forma que le resulte interesante levantarse un lunes. Como una oportunidad para una semana hermosa. Eso es tarea para más adelante, claro. Bien, resumiendo: trabajo en lo cognitivo, trabajo en lo conductual, abordaje de fantasías, anhelos, deseos, proyectos existenciales, sueños, fijaciones en la biografía e intervenir, sugeriendo con cierto énfasis que practique algún ejercicio. Desde andar, correr, ir en bici, ir a un gimnasio y, de ser posible, que casi siempre lo es, que haga alguna actividad relacionada con las técnicas de autocontrol emocional.
Una última cosa, es de vital importancia cambiar el estilo de vida. Para ello, invito (y practico) el debatir-dialogar acerca de los valores occidentales y orientales. Los resultados en cuanto a la calidad de vida. El individualismo y el colectivismo (se dice que los individualistas son más felices -los estudios son de norteamérica-). Bien, cambiar la filosofía de vida, el estilo, dar sentido, practicar ejercicios y analizar minuciosamente para rebatir los pensamientos férreos que mantienen a la persona apegada a un esquema mental que hay que revolucionar. Para ello, Seligman, se ha nutrido de las técnicas que la psicología ofrece, desde las 4 fuerzas de la psicología. Tratando a la persona de manera que todas sus facetas puedan ser trabajadas y potenciadas. Es también especialmente importante, alentar a desarrollar la creatividad. Rodrigo Córdoba Sanz.

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