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Paz y Ciencia

sábado, 2 de junio de 2012

La idea de los comienzos del Self



"El arte no está sujeto al psicoanálisis, que es siempre un misterio" René Magritte.


En realidad, sus intuiciones geniales se apoyaban la mayoría de las veces en un caso único, como iluminaciones, con las cuales yo, por ejemplo, quedaba maravillado y deslumbrado de sorpresa. "Es prodigioso que sepa esto." En este reconocimiento apreciativo, reconozco la duda oculta; es solo un deslumbramiento apreciativo pero no una convicción lógica, es decir, era solo adoración y no un juicio independiente el que me hacia seguirlo.
— Sandor Ferenczi hablando sobre Freud
Diario Clinico 4/8/1932

"Lo que hay de cierto en Freud no es nuevo, y lo que hay de nuevo en Freud no es cierto [...] El psicoanálisis es, en el mejor de los casos, una cristalización prematura de ortodoxias espúreas; en el peor, una doctrina pseudo-científica que ha causado un daño indecible tanto a la psicología como a la psiquiatría, y que ha sido igualmente dañina para las esperanzas y aspiraciones de incontables pacientes que confiaron en sus cantos de sirena. Ha llegado la hora de tratarlo como una curiosidad histórica, y de volver a la gran tarea de construir una psicología verdaderamente científica".
— Hans Eysenck
En "Decadencia y caída del imperio freudiano"

Durante mucho tiempo fui amnésico. Había olvidado incluso a mis amigos: Marthe Robert, Henri Thomas, Adamov; ya no reconocía ni a Jean Louis Barrault. Aquí en Ivry sólo el doctor Delmas me hizo bien; lamentablemente murió... Estoy asqueado del psicoanálisis, de ese "freudismo" que se las sabe todas.
Antonin Artaud.

El texto que van a leer a continuación pertenece al libro: "Clínica Psicoanalítica. A partir de la obra de Winnicott", de Alfredo Painceira Plot, un brillante psicoanalista, de marcada vocación investigadora. No podemos quedarnos en eso, es un estudioso de la filosofía y de todo lo que tiene que ver con la epistemología, la ontología, la naturaleza del hombre desde el enfoque del psicoanálisis, el arte y también, hay que decir, aunque este texto no lo refleje, se abre a otros campos de pensamiento, por ejemplo la psicoterapia transpersonal. Aquí, por ejemplo, cita a Guntrip, Laing, es decir, psicoterapeutas poco aceptados en el "establishment" psicoanalítico. Un pensador libre. A mi juicio, este capítulo, el IV del libro titulado: "La idea de los conocimientos del sí mismo y su vinculación con la autoconciencia" es para releer varias veces. Es de gran profundidad y refleja el pensamiento occidental, los filósofos occidentales que han marcado la línea de pensamiento donde se sustenta el desarrollo de la ciencia. Es de una brillantez intelectual encomiable, sugerente, revelador.
Las citas que leen arriba las ha seleccionado el blogger: Rodrigo Córdoba Sanz, son un predicado de mis intereses, pasiones y atractivos intelectuales y artísticos. Por tanto, me desmarco del texto de Painceira puesto que vertebra gran parte del capítulo en Descartes, y creo que la Psicoterapia debe nutrirse más del pensamiento oriental que del occidental. El objetivo es liberar a la sociedad, y a las personas-pacientes del narcisismo, que averiguen quiénes son, motivo frecuente de sufrimiento y que puedan sentirse libres, conectando con sus sentimientos y liberándose de los artificios familiares-vivenciados y sociales que conducen a lo que el gran Winnicott denominó y explicó como falso-self. Disfruten la lectura y tómenselo con calma. Hay mucha "chicha". Salud! 


Winnicott en numerosas obras plantea el comienzo hipotético de la existencia como despliegue de las propias potencialidades cuando hay un esbozo de autoconciencia capaz de registrarlo como algo propio; así, se inaugura una existencia creadora a partir del propio despliegue del cual el sujeto incipiente comienza a ser consciente.
Habla en determinado momento de percatamiento, de la propia existencia, y en otros momentos de captación de la propia contunidad existencial.
Henry Hey nos dice, en su libro acerca de la conciencia, que "ser consciente es vivir la particularidad de su propia experiencia, transponiéndola en la universalidad de su saber".
Agrega más adelante que "nadie puede hacer alusión a la conciencia -la de sí mismo o la de los otros- sin referirse a un vivido, es decir, a una experiencia irrecusable del sujeto que la vive".
Y agrega que conciencia es siempre conciencia de algo, que la conciencia siempre apunta más allá de sí misma, y la intencionalidad la dirige hacia el mundo de los objetos.
Podríamos agregar que ninguna conciencia puede ni vivirse ni describirse, ni imaginarse sin una experiencia (un erlebnis) que afecta a su sujeto.
Ser consciente es ser consciente de algo... pero es también ser consciente de ser ese alguien afectado o solicitado por este algo.
Winnicott, en este primer momento, aún no pretende dar el paso de elevar la experiencia singular a lo universal del conocimiento, solo se refiere al esbozo primero que permite que el sujeto incipiente tenga una experiencia de ser en el tiempo, de existir.
Ogden, en una obra muy posterior, enfatiza el esbozo de autoconciencia como lo que inaugura la vida psicológica, destacando que habría un primer momento en que no se viven como propios los diversos contenidos psicológicos.
En ambos casos, se plantea cada existencia como única y nacida de la experiencia que se puede tener de uno mismo como ser encarnado, aunque esto es mucho más evidente en la obra de Winnicott.
Esa es la razón por la cual vamos a efectuar un largo recorrido que, en última instancia, tiene por finalidad explicitar principios metodológicos que vinculan, a mi juicio, la obra de Winnicott con las ideas que se fueron gestando en nuestro siglo y que culminaron en el vitalismo de Bergson, y en la denominada filosofía de la existencia.
En una rápida recorrida en relación con el conocimiento de la propia existencia, diremos que Aristóteles (1-Física VII) sostiene que la autopercepción es acompañada del conocimiento de la propia existencia.
San Agustín (2-De Trinitate) dice: "¿Quién puede dudar que vive, recuerda, comprende, quiere, piensa, sabe y juzga?".
Descartes es quien introduce la idea de cogito, en su famosa frase cogito ergo sum, y esta frase tiene matices significativos que es bueno recordar; en primer lugar, desde el punto de vista de la teoría del conocimiento, ofrece un punto de partida para la reflexión filosófica pero, al afirmar piensosoy, hace una afirmación ontológica fuerte, afirmando la existencia de ese yo como dependiente del acto de pensar. Esto estaría corroborado por el mismo Descartes, cuando afirma que estoy cierto de existir todo el tiempo que pienso en ello.
Usualmente, se interpreta el cogitare como un acto intelectual pero, en la intención de Descartes y en la etimología del término, cogitare significa cualquier acto psíquico con tal de que pertenezca de un modo directo a la realidad de lo íntimo, como distinta a la realidad de las cosas extensas.
Tiene cierta relación este concepto cartesiano con el concepto de reflexio de santo Tomás.
En ambos se reconoce al pensamiento una realidad propia distinta de todos los demás entes.
El elemento común es que ambos pasan del concepto de cogito o de reflexio al de existencia.
Estas ideas son retomadas por autores contemporáneos como Paul Ricoeur, quien las toma como punto de partida para establecer la distinción importantísima entre el cuerpo vivido y el cuerpo objeto.
Recordar, además, como antecedentes de las reflexiones ricoeurianas acerca de lo voluntario y lo involuntario, que para Descartes el juicio no es una operación meramente intelectual, sino que es una operación oriunda de la voluntad, originada en la voluntad.
El idealismo cartesiano es una actitud antinatural, se opone a la actitud espontánea e implica un esfuerzo, esto es esencialmente voluntario. Distingue además entre el pensamiento y su objeto. Todo pensamiento es un enderezar la atención de la mente hacia algo, apunta hacia un lugar diferente, hacia algo que no es el yo pensante.
Hay pues una intencionalidad, hay un acto -el pensar- y un contenido.
Mi relación con el contenido del pensamiento es mediato, se establece por la intermediación del pensamiento, en cambio, el pensamiento de lo pensado no necesita de ninguna intermediación, me es inmediato.
El objeto en que pienso está más allá de mí; en cambio, mi pensamiento acerca de él es lo que está más cerca de mí, tanto que soy yo mismo pensando. Establece pues una identidad entre el pensamiento y el yo. La primera realidad es yo pensando, y me resulta indudable.
Recordar que lo indudable es el pensar, no el contenido del acto de pensar, y ese yo pensante no puede funcionar si no piensa en algo.
"La proposición yo soy es verdadera mientras la estoy concibiendo en mi espíritu".
La afirmación nos pone además frente al primer ente seguramente existente, y hace derivar la certeza de la acción de estar pensando o sintiendo, que no otorga la certeza de que estoy sintiendo.
Podría pensarse erróneamente que la afirmación cogito ergo sum corresponde al pensamiento discursivo y que es en realidad un silogismo abreviado (entinema), pero Descartes mismo nos aclara que no es así pues, de ser un silogismo, tendríamos que conocer con certeza antes la premisa mayor que la menor; así, afirmaríamos "todos los entes que piensan son", pero yo no puedo en principio asegurar la existencia de otros entes fuera de mí, antes de asegurar mi propia existencia.
El cogito es un conocimiento intuitivo, se lo conoce de modo inmediato directo y no es deducido a partir de una premisa mayor, por eso prefiere Descartes la formulación pienso-soy para enfatizar la identidad entre el pensar y ser.
Pero surge la pregunta: ¿Quién soy yo?
"Puedo fingir que no tengo cuerpo alguno y que fuera de mí nada existe, pero no puedo fingir que no soy"
Yo soy así "una substancia cuya esencia o naturaleza es pensar y para ser no depende de cosa material alguna".
Pero ¿qué es pensar para Descartes? Pensar y pensamiento son usados por él en un sentido muy amplio, como sinónimo de actividad psíquica consciente.
Se pregunta en sus Meditaciones: "¿Qué es una cosa que piensa? Es una cosa que duda, entiende, concibe, afirma, niega, quiere, no quiere, y también imagina y siente."
De mi yo tengo un conocimiento directo, intuitivo; de mi cuerpo tengo un conocimiento indirecto, a través de mis vivencias, sensaciones, dolores, etc., que no son ellas mismas algo corporal sino "pensamientos", modos de la substancia pensante.
Lo anterior nos hace pensar que tal vez nosotros, psicoanalistas, nos interesa todo lo que lleva al hombre a ser un ser encarnado, todo el proceso que enunciamos, mediante el cual el cuerpo se va haciendo mi cuerpo.
Esto tiene una importancia práctica pues, como bien lo señalan Winnicott y Laing, la patología mayor suscitada por fallas tempranas del medio materno se caracteriza por una radical perturbación a nivel de la constitución misma del sí mismo.
El hombre enfermo no siente que vive, no se siente vivo, no vive su cuerpo como propio sino como un objeto en un mundo de objetos, está crónicamente despersonalizado y se constituye artificialmente a través de la constitución de un falso self, desde el cual vive una vida falsa.
En general, lo hace utilizando, además de la introyección masiva del medio materno patológico, el intelecto desencarnado, lo que lo lleva a buscar pruebas de lo obvio y le impide el conocimiento directo a través del ejercicio de las identificaciones cruzadas referidas con la empatía.
Como tema de reflexión, Guntrip nos dice que esta perturbación en algunos científicos ha dado lugar a una ciencia esquizoide, sobre todo en psicología, que ha tomado partido por la claridad conceptual en detrimento de la fidelidad a la realidad, que es compleja.
La obra de Winnicott trata de subsanar este error que tiende a transformar el aporte genial de Freud, que halló un sentido latente subyaciendo en los sueños, los síntomas, los actos fallidos y que conceptualizó un inconsciente dinámico en una ciencia exacta, aunque hoy en día ni las ciencias exactas son.



"O bien la madre tiene un pecho que es, de modo que el bebé también puede ser, cuando él y ella no se encuentran aún separados en la mente rudimentaria del niño; o bien la madre es incapaz de efectuar esa contribución y el bebé tiene que desarrollarse sin la capacidad de ser o con una capacidad de ser mutilada" D. Winnicott.

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