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Paz y Ciencia

viernes, 29 de junio de 2012

Repetir: Mark Epstein; Psicoterapia&Budismo




REPETIR

Hemos visto que la meditación puede ser un vehículo para recordar y que esta es la primera manera de conectar con su potencial terapéutico. Pero Freud descubrió rápidamente que recordar no era suficiente para conseguir sus propósitos, que el mero recuerdo no siempre era posible para sus pacientes, y tampoco era siempre suficiente para eliminar sus síntomas. Muchas personas no conseguían recordar nada importante de las primeras épocas de su vida, por más intentos que él hiciera de modificar sus técnicas. La "fuerza de la represión", como Freud las llamaba, a menudo eran demasiado grandes para permitir un proceso terapéutico tan simple.
Sin embargo, en la situación terapéutica entraba en juego otro fenómeno al que Freud llamó "repetir". En lugar de recordar una experiencia formativa, la mayoría de los pacientes simplemente la reproducían, con una característica crucial y definitoria: eran inconscientes de lo que estaba haciendo. Así, una paciente cuyo padre se había mostrado incesantemente crítico con ella en su juventud, y que no había sido capaz de encontrar satisfacción interpersonal en su vida adulta, podría no saber la crítica que ella misma se había vuelto, pero podría expresarlo inconscientemente en la relación con el terapeuta. Al poner conciencia en sus críticas a la relación tal como estaban siendo expresadas inconscientemente pero no experimentadas, el terapeuta podría ayudar a al paciente a reconciliarse con las tendencias críticas originales de su padre.
Lo interesante del fenómeno de la repetición es que el material repetido suele ser aquello que nos resistimos a conocer sobre nosotros mismos, aquello con lo que estamos más identificados pero de lo que somos menos conscientes, aquello que somos menos capaces de recordar conscientemente. "El paciente no recuerda nada de lo que ha olvidado y reprimido, pero lo expresa sin darse cuenta", escribió Freud. "No lo reproduce como un recuerdo, sino como una acción; lo repite, por supuesto sin saber que lo está repitiendo".
A medida que Freud desarrolló esta técnica, pasó de estudiar lo que había en la superficie de la mente del paciente a estudiar lo que estaba en la superficie del modo de relacionarse del paciente. Esto le exigió perfeccionar una forma de ser que no interfiriera con la "expresión consciente" del paciente, pero que le permitiera percibirla e interpretarla para él. Este es el origen de lo que se ha dado en llamar la actitud analítica o la neutralidad analítica. Es una forma de ser, o tal vez un estado mental, que fomenta el emerger de la transferencia, la relación especial entre el terapeuta y el paciente que  contiene las semillas de aquello que el paciente se resiste a conocer.
El principal método que usaba Freud para luchar con las resistencias del paciente era "analizarlas". Él esperaba que si podía interpretar para el paciente lo que este repetía inconscientemente, los traumas o conflictos subyacentes podrían salir a la superficie y sería posible darse un respiro. Sin embargo, habiendo extraído de ambas tradiciones, la freudiana y la budista, he descubierto que el alivio no suele venir únicamente mediante el análisis verbal. Aunque para el terapeuta es muy importante tomar conciencia de lo que el paciente repite, es más importante que el paciente se familiarice completamente con ello. Interpretar las repeticiones no es suficiente; el paciente debe recibir ayuda para experimentar aquello que repite, pero de lo que no es consciente. Aquí es donde el énfasis de los budistas por experimentar plenamente cada momento encaja con el énfasis freudiano por prestar atención a lo que de otro modo sería ignorado.
El entorno psicoterapéutico es un dominio único; permite que el paciente manifieste conductas y sentimientos que casi seguramente mantendría bajo control o ignoraría fuera de la relación terapéutica. Ofrece una tremenda oportunidad de hacer un buen uso de la conciencia, tal como Buda enseñó. Cuando el terapeuta, además de interpretar verbalmente las defensas del paciente le ayuda a experimentarlas como suyas, las lecciones de la meditación budista pueden volverse terapéuticas.

Mark Epstein: "Pensamientos sin pensador. Psicoterapia desde una perspectiva Budista". Gaia Ediciones, 2011, Madrid. Pp.:205-207




http://youtu.be/pM3ajiJDG14 Bebe No + LLora (Directo) Poesía.
http://youtu.be/sX8HknQHgU0 Pedro Guerra y Bebe: "El Marido de la Peluquera". Preciosa. "Te estaré recordando por siempre Matilde, que tú no te has ido...abrázame fuerte que no pueda respirar...tengo miedo de que un día y ano quieras bailar conmigo, nunca más"

Letra:
De niño bailaba canciones del moro,
el baile venía de adentro y así se inventaban los modos.
De niño soñaba olores profundos,
las mezclas de espuma, colonia
y sudor de unos pechos desnudos.

Creció con su sueño y un día le dijo:
Acabo de verte y ya sé que nací pa' casarme contigo.
Matilde mi vida, Matilde mi estrella,
le dijo que si nos casamos Antoine y bailó para ella.

Y abrázame fuerte que no pueda respirar,
tengo miedo de que un día
ya no quiera bailar conmigo nunca más.

Cariño y ternura, colonias y besos,
te tengo, me tienes,
quisiera morirme agarrado a tus pechos.
El amor es tan grande, tan sincero y sentido,
que un día de lluvia Matilde
acabó por tirarse en el río.

Y abrázame fuerte que no pueda respirar,
tengo miedo de que un día
ya no quiera bailar conmigo nunca más.

Mejor buenos recuerdos que un pasado perdido,
por eso un buen día Matilde acabó por tirarse en el río.
Lo que fue tan hermoso que no caiga al olvido,
te estaré recordando por siempre
Matilde que tú no te has ido.

Y abrázame fuerte que no pueda respirar,
tengo miedo de que un día ya no quiera bailar conmigo.
Abrázame fuerte que no pueda respirar,
tengo miedo de que un día
ya no quiera bailar conmigo nunca más.

1 comentario:

Rafael dijo...

Sgún Schrödinger, en "Mente y Materia": "Cualquier serie de acontecimientos, en la que intervenimos con sensaciones, percepciones, y quizá acciones, se escapa gradualmente del dominio de la consciencia si se repite de igual modo y con mucha frecuencia. Pero salta inmediatamente a la región consciente si el acontecimiento o las condiciones ambientales experimentan alguna variación con respecto a todas las incidencias previas". Ésta, que ya lo sé, es quizás una explicación "a lo Punset", viene bien traerla a este post, toda vez que desde campos tan distintos como pueden ser entre sí la psicología y la física, parece que este autor llega a conclusiones parecidas a las aquí tratadas. Por cierto, Schrödinger fue un avanzado lector de la literatura hinduísta, en concreto, los Upanishads.